sábado, 23 de agosto de 2014

Noah Gordon- El médico


http://ocw.unican.es/humanidades/historia-urbana-medieval/materiales/modulo-3/tiendas-y-dispensarios


-Cuando vi tu nombre en las denuncias, hice averiguaciones. Si lo estimulan, el mercader de Bostock puede testimoniar aportando detalles muy interesantes. ¿Qué ocurrirá en el caso de que te pregunten si has fingido ser judío con el propósito de asistir a una academia pagana en desafío a las leyes de la Iglesia?
La tabernera se acercó a ellos y Rob la despidió con un ademán.
-Respondería que en Su Sabiduría Dios me ha permitido hacerme sanador porque Él no creó al hombre y a la mujer sólo para que sufrieran y murieran.
-Dios tiene un ejército ungido que interpreta lo que Él pretende del cuerpo y el alma del hombre. Ni los cirujanos barberos ni los médicos formados en el paganismo están ungidos, y hemos puesto en vigor leyes eclesiales para acabar con los que son como tú.
-Lo habéis puesto difícil para nosotros. En algunos momentos nos habéis obligado a aminorar el paso. Pero creo, Willum, que no han acabado con nosotros.

El monje gris (77) - El médico - Noah Gordon

sábado, 2 de agosto de 2014

Matthew Pearl


La cárcel, no dejaba de repetirme, no produce un mero sentimiento de soledad. Toda la historia de la soledad de uno retorna pieza a pieza, hasta que la celda se transforma en un castillo de la propia miseria mental. Las evocaciones de soledad anegan todos los demás sentimientos relativos al presente o al futuro. Uno es solamente uno mismo. Ése es el mundo, y ningún poeta del sistema penal podría imaginar algo más cruel.

La sombra de Poe - Matthew Pearl

sábado, 28 de junio de 2014

Eduardo Galeano


Pasó esa noche bebiendo cerveza, de bar en bar, abrazado a los vencidos, en los mostradores de Río de Janeiro. Los brasileños lloraban. Nadie lo reconoció. Al día siguiente, huyó del gentío que lo esperaba en el aeropuerto de Montevideo, donde su nombre brillaba en un enorme letrero luminoso. En medio de la euforia, se escabulló disfrazado de Humphrey Bogart, con un sombrero metido hasta la nariz y un impermeable de solapas levantadas.
En recompensa por la hazaña, los dirigentes del fútbol uruguayo se otorgaron a sí mismos medallas de oro. A los jugadores les dieron medallas de plata y algún dinero. El premio que recibió Obdulio le alcanzó para comprar un Ford del año 31, que fue robado a la semana.

Obdulio
El fútbol a sol y sombra - Eduardo Galeano

martes, 17 de junio de 2014

Stefan Sweig

                                                   Meditative rose - Salvador Dalí


Había perdido por completo la impaciencia frente a la vida, desde que supo lo rica que era. Le pareció como si aquel día la hubiera visto por primera vez desnuda, no oculta ya por las mil mentiras de la niñez, sino en toda su sensual y peligrosa belleza. Nunca había pensado que los días pudieran estar hasta el punto colmados con la transición del dolor al placer, y se sintió feliz con la idea de que aún le quedaran muchos días como aquél, de que tenía toda una vida por delante para desvelar su secreto.Por primera vez había barruntado la enorme diversidad de la vida. Por primera vez creyó haber entendido la naturaleza humana, que las personas se necesitaban unas a otras, aun cuando les pareciera que eran enemigos, y que es muy dulce sentirse querido por los demás.

El último sueño
Ardiente secreto - Stefan Sweig



domingo, 15 de junio de 2014

Alejandro Dolina



La dinastía Hang favoreció el estudio de la magia, la metalurgia, la sismología y el arte de las adivinanzas.
En la pequeña ciudad de Po, no lejos de la capital imperial de Chang An, las personas se adiestraban desde la infancia en todos los procedimientos del disfraz. Los sastres, escultores y constructores de figuras de papel eran capaces de reproducir con la mayor perfección cualquier planta, animal u objeto de la naturaleza. Asimismo, los bailarines, actores, ministros, y aún los campesinos, imitaban con prodigiosa exactitud los movimientos, las palabras y los sonidos de los diez mil seres del mundo. Durante las fiestas del Sol Cercano, en la mitad del año, había una jornada en la que todos pretendían ser otro. El gobernador adoptaba el aspecto del humilde barquero, las princesas se hacían pasar por prostitutas, el vendedor de limones era el director de la escuela de funcionario, el viejo mendigo era el vigoroso acróbata.
Todos aprovechaban su paso momentáneo por otras identidades para cometer excesos y atropellos que no podrían luego serles imputados. Es que los disfraces no eran meras caricaturas sino representaciones del más minucioso realismo. Además, el regreso a las personalidades primigenias se cumplía en soledad y en la alta noche, de modo que nadie sabía quién había sido quién durante aquellas fiestas.
Con los años, vino a suceder que los disfrazados prolongaban su impostura más allá de los días establecidos y se entretenían en ocupar ajenos destinos en cualquier momento del año. Al fin y al cabo, cualquiera podía ser cualquiera y fue creciendo una idea de noble inspiración filosófica: no es necesario cargar con el pasado. En una comunidad de identidades mutables el pasado no es personal sino colectivo. Los sujetos son inconstantes y no puede caer sobre ellos ni el castigo, ni las deudas, ni las herencias, ni la nobleza, ni la lealtad.
Tal como cabía esperar, la ausencia de responsabilidades produjo la degradación de las costumbres. Algunos funcionarios y militares advirtieron que la ciudad, y aún el imperio, estaban en peligro si se persistía en aquella insujeción. Pero cuando quisieron prohibir los disfraces, o imponer leyes severas, observaron que su autoridad era cuestionada y descubrieron que la mayoría de los funcionarios y militares eran en realidad personas de otros oficios y clases que se encontraban casualmente usurpando la autoridad.


Capítulo I - El disfraz en Chang An -Relato chino a manera de prólogo

Cartas marcadas - Alejandro Dolina


domingo, 25 de mayo de 2014

La vida te despeina, selección de relatos


No es cierto: no haré nada. Si estás en alguna parte, si tengo la posibilidad de verte, sólo me sentiré triste tal como me siento cada vez que veo una vida desperdiciada, una vida en la que no ha logrado realizarse el camino del amor. Cuídate. Cada vez que, al crecer, tengas ganas de convertir las cosas equivocadas en cosas justas, recuerda que la primera revolución que hay que realizar es dentro de uno mismo, la primera y la más importante. Luchar por una idea sin tener una idea de uno mismo es una de las cosas más peligrosas que se pueden hacer.
Cada vez que te sientas extraviada, confusa, piensa en los árboles, recuerda su manera de crecer. Recuerda que un árbol de gran copa y pocas raíces es derribado por la primera ráfaga de viento, en tanto que un árbol con muchas raíces y poca copa a duras penas deja circular su savia. Raíces y copa han de tener la misma medida, has de estar en las cosas y sobre ellas: sólo así podrás ofrecer sombra y reparo, sólo al llegar la estación apropiada podrás cubrirte de flores y de frutos.
Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.

Donde el corazón te lleve (fragmento) - Susanna Tamaro

domingo, 18 de mayo de 2014

Sherlock Holmes


Creo que todo lo que se salga del curso ordinario de la vida es digno de mención.

El sabueso de los Baskerville - Sir A. C. Doyle